Esta asana posee los mismos efectos benéficos que Sarvangasana. Constituye un poderoso tónico, porque actúa sobre toda la columna vertebral, que contiene y protege la médula espinal y además, esta bordeada por la cadena de ganglios linfáticos que influyen en toda la vida vegetativa, es pues un asana que rejuvenece y revitaliza.
El estiramiento de la musculatura de la espalda expulsa la sangre de ella, para provocar enseguida una afluencia de sangre fresca. Los centros nerviosos de las proximidades se benefician. Se restablece la flexibilidad de la columna. El abdomen se refuerza, cuando se realiza la fase dinámica, con la conservación de las vísceras en su lugar adecuado.
La glándula tiroides se beneficia por el masaje y la afluencia de sangre que recibe al controlar el metabolismo. Esta glándula ejerce afluencia sobre la juventud, y mediante sus secreciones hormonales; actúa sobre otras glándulas, la presión arterial, la movilidad de células migratorias,(que luchan contra las infecciones) y además calma el nerviosismo y la ansiedad.
El lento estiramiento re ordena las vertebras, refresca la columna y elimina el cansancio.
Al estar el cuerpo en posición invertida, la sangre afluye hacia la cabeza y se irriga el cerebro. El cuero cabelludo y el rostro reciben un suplemento de sangre arterial, excelente para prevenir arrugas.
Tiene beneficios sobre el bazo y las glándulas sexuales, debido a que la compresión elimina la congestión sanguínea.
El hígado y el páncreas son descongestionados y tonificados, en algunos casos los diabéticos han reducido sus dosis diarias de insulina. Corrige el estreñimiento, causa oculta de innumerables enfermedades.
Combate la celulitis y la tendencia a engordar. Esta asana es beneficiosa para personas con hipertensión arterial.
El entrecruce de los dedos de las manos produce estiramiento en la palma y los dedos de las manos, lo que vuelve las manos, dedos y muñecas flexibles y sanas.
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