“Namaste” es mucho más que una palabra originaria de una bella y ancestral lengua, que es el sánscrito. Encierra en sí misma una serie de conceptos que la han hecho universal.
Va más allá del saludo y despedida habituales en círculos espirituales.
Este término contiene en sus raíces una esencia que debería bombear cada día en el corazón de la humanidad.
Entonces, ¿Cuál es el significado de esta palabra?
Las raíces etimológicas de la palabra Namaste se encuentran en la atávica cultura hindú.
Namasté es una palabra compuesta por el término “namas” que significa “saludo” o “reverencia”, y proviene etimológicamente de “nam”, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”. El sufijo “te” es un pronombre personal, que significa “a ti”. Su significado es “Te saludo” o “Te reverencio”.
A pesar de su antigüedad y origen sagrado, se usa de forma muy frecuente como saludo diario en India y Nepal, especialmente en la zona del Himalaya. Los hindúes utilizan la palabra Namasté como forma de saludo y despedida, para dar las gracias y como muestra de respeto.
Debido a las peculiaridades del sánscrito y lo amplio de su concepto, encontraremos una traducción aproximada. El significado de la palabra Namasté podría ser “lo divino dentro de mí, saluda a lo divino dentro de ti”, o “El Espíritu dentro de mí, honra y respecta al tuyo”.
La palabra “Espíritu” o “lo divino” no tiene un significado religioso, se refiere más bien a nuestra esencia. Podríamos sustituirlo por corazón, alma, o cualquier otra palabra que te resulte más cercana a esta explicación.
Lo verdaderamente relevante es que “la mejor parte de mí le desea lo mejor a lo más profundo de la tuya”, reconociéndola. Su significado profundo es siempre el mismo, lo usemos en el contexto en el que lo usemos, y se basa en el conocimiento de que todos estamos hechos de la misma conciencia positiva.
Namasté representa la creencia de que existe una chispa de divinidad (o de componentes que transcienden nuestro cuerpo y mente), dentro de cada uno de nosotros, por lo tanto al realizar este saludo, transmitimos y reconocemos el conocimiento de un alma hacia otra.
Cuando se dice “Namasté”, generalmente se acompaña de un gesto que se considera un “mudra”, o posición simbólica de las manos con las palmas juntas en forma de rezo y en el centro del pecho y haciendo una ligera inclinación con la cabeza, cerrando los ojos.
Las manos se colocan frente al pecho ya que es el lugar en el que hayamos el chakra del corazón. Este saludo también se puede hacer mediante la colocación de las manos juntas delante del tercer ojo (frente a la cabeza) y es una forma especialmente profunda de respeto.
En esta posición hayamos cierto equilibrio que permite reposar y hacer fluir nuestra energía. El lado derecho e izquierdo del cerebro, cuando se encuentran en esta posición, se equilibran entre sí volviendo a su estado más original. Cuando las manos se unen en el centro del corazón, significa que nuestras acciones tienden a estar en armonía y alcanzar con el
conocimiento.
Para el hinduismo, esta posición representa lo divino: la palma derecha simboliza la planta de los pies de Dios, y la palma izquierda la cabeza de quien le reza. En otros contextos religiosos, la persona que hace el gesto de unir las dos manos elimina sus diferencias con la persona a la que reverencia, estableciendo así una conexión con ella, donde la mano derecha representa la naturaleza más elevada (profunda, espiritual), mientras que la izquierda representa el ego (lo corporal, lo mundano).
Aunque en Occidente la palabra “Namasté” por lo general se utiliza en conjunto con el gesto, en la India, se entiende que el mismo gesto significa Namasté, y no es necesario decir la palabra mientras se inclina la cabeza. Al juntar las manos a la altura del corazón, la creencia afirma que aumentamos el flujo de energías positivas, y al inclinar la cabeza y cerrar los ojos nuestra mente se centra en el flujo de tal energía que hace crecer el amor por los otros y la mente por un momento se rinde a favor del corazón. Esta inclinación de la cabeza es una indicación simbólica de respeto universalmente reconocida también en otras muchas culturas.
“Yo honro el lugar dentro de ti,
donde el Universo entero reside.
Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz,
de verdad, y paz.
Cuando tú estás en ese lugar en ti,
y yo estoy en ese lugar en mí,
somos sólo Uno”
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