Sirsasana es considerada la reina de todas las asanas. En el cerebro están radicados la inteligencia, el conocimiento, la discriminación, la sabiduría y el poder. Así como un reino no puede prosperar si carece de un buen rey que lo dirija, tampoco el cuerpo humano y el alma pueden prosperar sin un cerebro sano.
El Bhagavad Gita dice: “La naturaleza material consta de tres modalidades, bondad, pasión e ignorancia. Cuando la eterna entidad viviente se pone en contacto con la naturaleza ¡Oh, Arjuna el de los poderosos brazos!, queda condicionada por esas modalidades.
La cabeza es el centro de las cualidades sátvicas (bondad, iluminación, discriminación); el tronco es el centro de las cualidades rajasicas (pasión, acción, emoción) y la zona por debajo del diafragma es el centro de las cualidades tamásicas (oscuridad, desconocimiento, letargo).
Entre los muchísimos beneficios de sirsasana podemos citar que: mejora la estática de la columna vertebral, volviéndola elegante y flexible.
Su acción se extiende hasta la región inferior de la columna entre la quinta vértebra y el sacro donde se apoya todo el esqueleto.
El retorno venoso es favorecido, evacua las venas de las piernas y elimina las congestiones sanguíneas de los órganos. La sangre arterial fluye en abundancia al cerebro. Previene las varices y las hemorroides.
Son descongestionados los órganos pélvicos, como la próstata y las vísceras y los genitales. Mejora en casos de prolapso. Se beneficia el sistema digestivo, glándulas e hígado.
Mejora radicalmente la manera de respirar, ya que los órganos abdominales presionan sobre el diafragma y facilita la exhalación.
Conserva y restituye la elasticidad de los capilares cerebrales, dilata los capilares que están contraídos, elimina jaquecas y cefaleas, favorece y estimula las funciones intelectuales. La memoria y la concentración mejoran, aumenta la resistencia a las fatigas nerviosas y muchos estados de ansiedad y nerviosismo e insomnio se disipan por su práctica cotidiana.
El cráneo abriga las glándulas hipófisis e hipotálamo, ambas orquestan la acción de todas las demás glándulas endocrinas que influyen en todo el resto del organismo. Regula la tiroides y el metabolismo y contribuye poderosamente a mantener la juventud del organismo.
Tiene efectos sorprendentes sobre los órganos de los sentidos. Al irrigar abundantemente el rostro con sangre arterial, el mismo rejuvenece, se regenera y desaparecen arrugas incipientes. Al irrigar el cuero cabelludo retarda la calvicie y la aparición de canas.
La practica regular y precisa de Sirsasana desarrolla el cuerpo, disciplina la mente, ensancha los horizontes del espíritu. Con ello se llega al equilibrio y a la confianza en sí mismo.
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