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Vegetarianismo

“El estomago es la oficina donde se fragua la salud y la vida”

Cervantes

Ante todo debemos siempre tener presentes que, no alimenta lo que se come, sino lo que se digiere. Si tenemos una mala digestión, los alimentos en lugar de nutrir, envenenan. Es el caso principalmente de la carne, que necesita grandes concentraciones de ácido clorhídrico para ser digerida. Debido a la insuficiencia del organismo humano de producir este componente en las necesidades requeridas, la digestión se produce en forma lenta. Esto provoca que la carne permanezca dentro del organismo el tiempo suficiente como para que las toxinas provenientes de su descomposición constituyan un gran peligro para nuestra salud; produciendo envenenamiento y autointoxicación. Estas son las causas de ciertas enfermedades de gran riesgo como, como el cáncer o los infartos y el muy conocido y padecido estreñimiento.

La alimentación tiene una influencia muy grande sobre la rapidez con que la materia fecal pasa por el intestino.

Tomando una alimentación corriente y poco equilibrada, bastante común en la actual y acelerada vida moderna, basada en típicas comidas rápidas, (hamburguesas, salchichas, bebidas colas, etc.) solo conseguiremos una rápida pérdida de la salud, ya que los residuos de este tipo de alimentos necesitan 24 horas para llegar al recto. Comiendo pan integral y verduras se necesitan 15 horas y comiendo ciertos vegetales escogidos bastan unas 5 horas.

La dieta basada en carnes y embutidos produce en el aparato digestivo un proceso putrefactivo, donde los intestinos actúan como verdaderas cloacas, las cuales conteniendo restos de animales mal digeridos, constituyen un gran riesgo para la salud.

La dieta lacto vegetariana, en cambio, produce un proceso fermentativo, que es la combinación más favorable para conservar la buena función intestinal y evitar el envenenamiento de la sangre. Ha de saberse que el consumo de fibras da por resultado heces voluminosas y húmedas fáciles de evacuar, no siendo así el caso de las dietas bajas en fibras donde las heces presentas un aspecto seco, duro, de poco volumen y difíciles de evacuar.

Alimentos apropiados para un buen funcionamiento intestinal son cereales integrales y sus derivados, como harina integral, germen de trigo, salvado de trigo y avena, avena arrollada, arroz integral, quínoa, mijo, etc.; legumbres, especialmente porotos aduki, arvejas, lenteja; verduras y frutas en general, miel y azúcar integral, etc.

Algunos estreñidos de tipo espasmódicos o con divertículos deben evitar el pan integral, cereales integrales y hollejos de fruta que irritan su intestino. Pero esos casos deben ser diagnosticados por un buen médico naturista.

Para combatir el estreñimiento no se aconseja, en absoluto, el uso de laxantes alopáticos; pero si se aconseja acudir a la ayuda natural de hierbas tales como cáscara sagrada, folículos de sen, semillas de zaragatona, semillas de lino, higos, pasas de uva, ciruelas y miel. También se puede recurrir a enemas con hierbas como la manzanilla y la malva y cataplasmas con arcilla curativas. El método naturista sabrá indicar cuál es el método más eficiente para cada caso en particular.

El colesterol es un esteroide, lo cual nos autoriza a definirlo como un cierto tipo de grasa, una sustancia esencial para la vida ya que constituye las membranas celulares, el sistema nervioso, la vitamina D, algunas hormonas y hasta sales biliares. Pero su exceso en la sangre puede generar lesiones que serán el puntapié inicial para las enfermedades cardíacas.

El colesterol tiene dos orígenes: el que forma el organismo a partir de su fábrica principal, el hígado; y el que procede de la alimentación por medio de la ingestión de alimentos que contienen grasa de origen animal. Este último es un factor fundamental, ya que a mayor cantidad de grasas que incorporamos a nuestra dieta, mayor será el porcentaje de colesterol circulando por nuestra sangre, poniendo en peligro nuestra salud.

Dos herramientas fundamentales para contener el avance de este enemigo potencial, lo constituyen una buena dieta lacto vegetariana y la práctica regular de Yoga.

Los triglicéridos, a diferencia del colesterol, son grasas en el más estricto sentido de la palabra, porque son el producto de la combinación de tres ácidos grasos y un alcohol llamado glicerol. Las grasas naturales, vegetales o animales son triglicéridos, los de origen animal son grasas saturadas y las de origen vegetal son grasas no saturadas.

Los triglicéridos que provienen de grasas animales provocan la producción de colesterol en el cuerpo, convirtiéndose en indicadores de un importante factor de riesgo de enfermedades cardíacas y arterioesclerosis.

El cáncer, al igual que las enfermedades coronarias, hipertensión arterial, mal de Parkinson, diabetes, enfermedades renales, enfermedades de la piel como psoriasis, entre muchas otras; es una de las más crueles producidas por el consumo de carne.

Existen numerosos estudios que establecen una estrecha relación entre el cáncer de colon y el consumo de carnes. La causa de este mal, es como antes explicamos, el alto contenido de grasa y la falta de fibra en la dieta, que provocan un tránsito lento por el colon, de los productos ingeridos, donde las toxinas tienen el tiempo suficiente para provocar sus efectos dañinos.

Se suma a esto la ingesta de aditivos, conservantes y colorantes artificiales que contienen las carnes, utilizados para mantenerlas con un aspecto “supuestamente agradable” en las góndolas de los negocios que las comercializan; ya que de no ser así, como todo cadáver, comienza muy rápidamente su proceso de putrefacción con su pérdida de color y su típico hedor.

Sin olvidar la cantidad de medicamentos, hormonas, antibióticos y demás productos que les administran a vacas, aves y otros animales durante su crianza; quedando los mismos contenidos en la carne que luego es consumida en los hogares.


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